lunes, 29 de agosto de 2016

PERDÓNENOS, SEÑOR USSÍA




Hace pocos días la cofradía del hojaldre de Torrelavega ha nombrado cofrade de honor a un personaje controvertido y polémico: el mismísimo hijo del segundo Conde de los Gaitanes, Ildefonso María Ciriaco Cuadrato Ussía Muñoz-Seca. ¿Les suena?

Con ese nombre, está claro que no es una persona normal, de la calle. Y en la tradición de algunos dirigentes populares a todos los niveles (desde María Dolores de Cospedal a Ildefonso Calderón-Ciriza), adecúan su nombre a estos tiempos modernos en los que esos nombres y apellidos de tan rancio abolengo no están muy bien vistos. Estamos hablando del cómico y columnista Alfonso Ussía.

¿Por qué nos resulta relevante a los “podemitas” este nombramiento? La cofradía del hojaldre es una organización ajena a la ciudadanía azotada por la crisis y los recortes y a sus problemas diarios, y además su líder y “hojaldrador supremo” (el señor Marcano, viejo conocido de la ciudadanía torrelaveguense) es una persona que ha tenido que ser apartada por su propio partido como condición sine qua non para que Podemos apoyase la investidura de Revilla. Uno pensaría que Podemos no tiene nada que ver con la cofradía del hojaldre de Torrelavega, y tendría razón.

Sin embargo, el recientemente nombrado cofrade honorífico tiene la costumbre de desbarrar en los medios de comunicación, expresando opiniones que incluso durante la dictadura franquista hubiesen sido tachadas de reaccionarias. Y esta vez nos ha tocado a los de Podemos (y al artista Pablo Hásel). Ildefonso María Ciriaco Cuadrato nos llama zarrapastrosos entre borbotones de furia fascista, escupiendo su odio por aquellas personas que no comparten su idea del patriotismo y su exacerbado amor por la bandera que nos legó el franquismo. Incluso llama “hortera” a la bandera tricolor, la republicana.

Pues perdone usted, señor Ildefonso María Ciriaco Cuadrato, por no vestir a su gusto, y por no compartir su idea del patriotismo y su amor exacerbado por la llamada “rojigualda”. Perdona usted que no nos sintamos cómodos en un país con casi seis millones de parados, con 171.000 desahucios desde que comenzó la crisis, donde los y las jóvenes mejor preparadas tienen que emigrar porque aquí ya no queda ninguna oportunidad, ninguna esperanza. Discúlpenos por no sentirnos a gusto con el sistema que nos legó el franquismo, hijo del miedo que quedó impreso en las mismas almas de los que sufrieron la sangrienta dictadura y la represión. Discúlpenos por haber dicho ¡BASTA!, por habernos organizado para tratar de cambiar aquello que consideramos injusto.

Señor Ildefonso María Ciriaco Cuadrato, perdónenos. Perdónenos por ser la generación que toma las riendas de su destino y por fin decide el tipo de país en el que quiere vivir, por querer reducir su mundo reaccionario y caduco a escombros, por querer arrojar la desigualdad, la pobreza y la opresión al vertedero de la historia. Perdónenos, señor Ildefonso María Ciriaco Cuadrato, y hágalo con antelación, porque usted pasará a la historia junto con todo el régimen del 78. Tic, tac, tic, tac...


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