Otro año más, y otros nuevos
presupuestos para Torrelavega: el PP ha apoyado los presupuestos del
PSOE-PRC, por lo que ya está “todo el pescado vendido”. Se
repite lo sucedido el año anterior: la “Gran coalición” es ya
un hecho en nuestro ayuntamiento, al igual que en el congreso de los
diputados.
El paro y la precariedad azotan a la
población torrelaveguense. Sin embargo, más del 90% de las
inversiones del presupuesto de 2017 se destinarán a obras. El equipo
de gobierno sigue ahondando en el modelo del ladrillo, sin darse
cuenta (o sin querer darse cuenta) de que la burbuja inmobiliaria
estalló hace ya casi una década. ¿Medidas contra el desempleo?
Parece que esa no es la preocupación principal del equipo de
gobierno municipal.
El portavoz del PP, el señor
Calderón-Ciriza, ha anunciado que aprobarán los presupuestos del
PSOE-PRC porque, en sus propias palabras, “el 61% de las
inversiones previstas para este año llevan nuestra denominación de
origen, porque son parte del programa electoral del PP”. Es
bastante revelador que haya tantas coincidencias en los programas del
PP, el PSOE y el PRC (y, de rebote, el de ACPT, que también aprobará
los presupuestos); que sean tan similares sus formas de entender la
sociedad; que es tan parecida su forma de hacer política. La Gran
coalición que se ha gestado en los últimos tiempos en todos los
niveles de la administración del estado ha sido posible por la
similitud política del PP y del PSOE.
Un modelo presupuestario para 2017 con
un 61% de “denominación de origen del PP” no es lo que
Torrelavega necesita, y no los hemos apoyado. El alcalde quiere
venderlos como unos presupuestos de consenso porque el PP y sus
pseudo-socios de gobierno los han aprobado. Pero gastar el dinero
público en obras y más obras no va a solucionar los problemas de
paro y precariedad de Torrelavega: tan solo tendremos una ciudad muy
bonita en cuya contemplación se podrán deleitar las miles de
personas en paro de la ciudad.
En lugar de gastarse casi cinco
millones de euros en obras diversas, proponemos destinar el montante
de las obras más onerosas e innecesarias, como el cubrimiento (y no
“cubrición”; señor Pérez Noriega, mire usted el diccionario)
del parque Manuel Barquín o la pasarela peatonal; y destinarlo a un
potente plan de empleo para hacer frente al principal problema de
Torrelavega: el paro. También proponemos destinar una partida
presupuestaria para la RPT, y que se cubran las más de cien vacantes
en el personal del ayuntamiento. No son soluciones mágicas, pero
contribuirían a paliar los efectos de la precariedad y el desempleo
en el municipio.
Torrelavega pierde población a gran
velocidad: tan sólo somos ya 52.000 torrelaveguenses, y con una
media de edad bastante alta. La juventud busca hacer su vida en otros
lugares, porque ven claramente que aquí no queda futuro para nadie:
la mayoría de la gente que estudió conmigo vive fuera de
Torrelavega, fuera de Cantabria. Hay cada vez menos niños y niñas,
y más ancianas y ancianos. La que fue la “Ciudad del Dólar” va
camino de convertirse en el “Páramo del Dracma”.
No queremos un equipo de gobierno
municipal servil y sumiso que mendigue al gobierno de Cantabria unas
limosnas porque se deben a su partido antes que a la ciudadanía. El
barco que es Torrelavega está zozobrando en la tormenta, y tenemos
unos timoneles torpes y cobardes. Es necesaria voluntad política
para encarar los problemas de Torrelavega, y valor para enfrentarse a
las administraciones superiores del estado reclamando inversión para
la ciudad.
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