domingo, 27 de noviembre de 2016

EL EQUIPO DE DESGOBIERNO




Ya llevamos un año y medio de legislatura, y poco a poco vamos viendo el color del pelaje de este equipo de gobierno municipal que tenemos en la capital del Besaya. Los dulces y atrayentes cantos de sirena que se escuchaban durante la campaña electoral van tornando en chillidos y graznidos con el paso del tiempo, como si aquella sirena se hubiese transfigurado en una bandada de gaviotas.

Tenemos en Torrelavega un equipo de gobierno que funciona a base de globos-sonda en la prensa. Casi todos los días nos encontramos con alguna foto en los diarios (escritos y digitales), acompañada de un titular que anuncia tal o cual medida: lamentablemente, la mayoría de esas medidas quedan en poco más que una declaración de intenciones. Si atendemos a los titulares, casi parece que Viadero es una especie de Ada Colau torrelaveguense: sin embargo, la realidad dentro del ayuntamiento es otra.

Desde sus nefastas políticas de personal (más de un centenar de vacantes en la RPT que no han sido cubiertas, y numerosos nombramientos “por resolución de alcaldía”) que están dejando la plantilla municipal en poco más que un esqueleto, apenas capaz de asumir todas las funciones que un ayuntamiento de este tamaño requiere; pasando por una cobardía infame al defender los intereses de la gente de Torrelavega frente a los aparatos de sus partidos y frente a las enormes empresas a las que se entregaron servicios públicos como la limpieza o las basuras; y hasta las privatizaciones encubiertas (algunas no tan encubiertas) de las empresas y servicios públicos que a nuestros mayores costó tanta lucha y esfuerzo conseguir.

Tomemos el ejemplo de la Agencia de Desarrollo Local (ADL): en una ciudad tan castigada por la crisis, el paro y los recortes, la ADL puede jugar un papel dinamizador fundamental, combatiendo el desempleo con todos los medios a su alcance y mejorando directamente la calidad de vida de la ciudadanía. Sin embargo la ADL sufre, al igual que muchas otras áreas de la corporación municipal, de falta de personal y de vacantes sin cubrir, lo que dificulta enormemente su labor, o incluso llega a imposibilitarla por completo.

Esta es la tónica en el ayuntamiento: los trabajadores y las trabajadoras que llevan a cabo la imprescindible labor diaria de mantener esta ciudad en marcha se enfrentan a falta de personal, falta de inversión, amenazas de privatizaciones y a la absoluta dejadez y desidia del equipo de gobierno. Mientras tanto, el equipo de gobierno se dedica a anunciar a bombo y platillo ideas a medio cocinar en la prensa (o, directamente, crudas). ¿Que tenemos un superávit de cuatro millones de euros? Lo mejor que se les ocurre es dárselo a los bancos, para amortizar deuda (la deuda de Torrelavega es baja, cercana al 20%). Pero poco después resulta que no se puede dragar la presa del Besaya (que abastece de agua a 80.000 personas, de Torrelavega y los municipios circundantes) porque no se dispone de 1,2 millones de euros para realizar el dragado (la presa lleva sin dragar desde que se hizo, en 1961). Una muestra más de que dos noticias se entienden mejor juntas.

¿Y la oposición? Al fin y al cabo, el equipo de gobierno PSOE-PRC está gobernando en minoría, y necesitan apoyo de otros grupos para llevar adelante sus medidas. De puertas para afuera, el equipo de gobierno es todo talante y predisposición al diálogo. Sin embargo, a la hora de la verdad, se presentan hechos consumados ya decididos por tres grupos políticos como si fuesen propuestas a debatir. El funcionamiento democrático de la corporación se ve constantemente bloqueado por los pseudo-socios del equipo de gobierno: aquellos que levantan el puño reivindicándose como “radicales”, pero que luego aprueban los presupuestos del PSOE-PRC.

Esto está perpetuando la espiral descendente en la que se halla nuestra ciudad: a la desindustrialización y el paro se le añade la ausencia de vida cultural, la agonía del pequeño comercio del centro (debido, fundamentalmente, al “monstruo” comercial de los Ochos), el derroche en obras innecesarias y la escasez del apoyo que el ayuntamiento muestra a la ciudadanía más castigada por la crisis, la austeridad y los recortes. Tenemos un equipo de gobierno que actúa dando bandazos, con la llamada “ley Montoro” como única guía y texto sagrado, y sin ningún tipo de plan o proyecto de ciudad.

Es necesario un proyecto que devuelva la ciudad a la gente, que potencie el comercio local y de cercanía en detrimento de las grandes superficies, que apueste por una economía de alto valor añadido, en la que la juventud no deba migrar en busca de trabajo; en resumen, una Torrelavega habitable para todos y todas. Y no se trata de un sueño imposible, ni una utopía: es de justicia, y es viable, pero hace falta coraje para defender Torrelavega y reclamar a las instituciones autonómicas y estatales lo que nos pertenece, hace falta un proyecto claro y voluntad política.

No hay comentarios:

Publicar un comentario